May / 27 / 20

FOTOGRAFÍA

Pandemia en una ciudad de 8 millones de personas

Si de perspectivas se trata, David Rico la tiene clara. El fotógrafo bogotano nos muestra una ciudad que parece, casi, un render.

Por María Rodríguez

Hambre, pobreza, ansiedad, saqueos, cárceles hacinadas, criminales subiéndole al precio de los productos de primera necesidad, economía colapsada, las alocuciones presidenciales de lunes a viernes que no se pueden ver por falta de electricidad o de techo donde dormir, luego  el noticiero de las siete que narra el fin del mundo.

La virgen de Chiquinquirá no llegó para muchos bogotanos.

Mientras tanto, en el el lente de David Rico, tranquilidad.

Al quinto día de cuarenta, el fotógrafo salió de su apartamento a las cuatro de la tarde. Iba a ir a la calle 63 con carrera 68, la Suba con Boyacá y el centro: un plan ambicioso para un día común. La ciudad estaba vacía a excepción de los retenes de policía. Se tardó 20 minutos en hacer cada foto en cada parada. Cuando estaba anocheciendo, llegó al centro a la altura del Planetario y tomó la foto. En cuestión de 10 minutos, en lo que sería plena hora pico, ya estaba en su casa.

Para Rico –al igual que para la mayoría de bogotanos– la ciudad se disfrutaba caminándola. Nació y creció en Bogotá, así que siempre supo que la ciudad no se acababa, que era un monstruo que se come vivo al que no la respete. Cuando empezó a hacer fotografía áerea hace cuatro años, descubrió una Bogotá diferente, una que se puede conquistar con el ojo y en su caso, con un dron.

Hablamos con Rico (IG: @_primedest)sobre su trabajo y sus fotos durante la pandemia, esperando que su registro de la ciudad y su voz, sean testigos de un tiempo que jamás imaginamos.

Desde la fotografía, ¿cómo ha cambiado la ciudad desde el inicio de la cuarentena el 20 de marzo?

Ha cambiado mucho, pero se sintió más fuerte el primer mes de la cuarentena. Las rutinas urbanas estaban canceladas, entonces el panorama era completamente diferente. Ver las calles vacías, ver las pocas personas en las calles con tapabocas, asustadas, le daba un tono lúgubre a la ciudad. En el campo de mis fotos, que es de planos abiertos, es muy atractivo y llamativo, cuando bajó el smog se empezó a ver más lejos y más claro todo en la ciudad, esto no se va a volver a repetir.

¿Cuál es el papel de la fotografía independiente en una ciudad como Bogotá en la mitad de una pandemia?

El aspecto clave es que la fotografía independiente no tiene límites y puede mostrar lo que quiera. En mi caso funciona para sensibilizar acerca de la situación de quedarse en casa. He tratado de mostrar cosas que antes nos incomodaban como un trancón, y me doy cuenta que la gente escribe que lo extraña. Estamos viendo la ciudad como nunca antes la había visto y como, probablemente, nunca jamás la veremos, esto es histórico, por eso quiero capturar los momentos de soledad.

¿Fotografiar la ciudad le ha cambiado su visión de la ciudad?

Sí, bastante. Yo soy bogotano y he vivido gran parte de mi vida acá y no valoraba muchos detalles de los paisajes urbanos y arquitectura. Cuando empecé a hacer fotografía aérea empecé a ver cosas de manera diferente de la arquitectura única que hay en Bogotá. Tomas cualquier foto en Bogotá, de cualquier lugar, y sin decirlo las personas pueden saber qué lugar es, no sé cómo explicarlo, pero hay algo único en la ciudad. Desde el aire, Bogotá luce como cualquier metrópoli, se ve espectacular.

¿Qué quiere qué la gente vea en su fotografía?

Lo más importante para mí es transmitir un sentido de pertenencia. Yo creo que cuando uno quiere el lugar donde está, lo cuida y le hace bien. Por otro lado, busco que cualquier persona del exterior tenga curiosidad de venir a Bogotá y entienda la magnitud de ciudad.

Veo que fotografía ciertas zonas de la ciudad sobretodo en el norte y centro, ¿por qué no fotografiar el sur o barrios de invasión?

La mayoría de mis fotos sí están en la parte norte y centro, pero Bogotá es muy grande, tiene muchos lugares muy interesantes. Tengo muchas ganas de ir a Ciudad Bolívar, mis fotos no van ni en un 20% de la ciudad.

¿Cómo cambia la ciudad viéndola desde arriba versus caminándola? ¿Qué hallazgos ha tenido?

Me he dado cuenta que las cosas se ven más cerca que caminándolas. Por ejemplo, si tomo una foto desde la calle 127 con 7ma, fácilmente puedo ver el centro histórico, y en realidad es muy lejos. También me gusta como se ven los edificios desde arriba.

Hay cosas que caminando me parecen feas, pero desde arriba se ve impactante e impresionante dándole una marca única a ese espacio.

¿Por qué tener una perspectiva diferente de la ciudad es importante?

Todo necesita ser visto desde muchas perspectivas, así el concepto que tiene –en este caso de la ciudad– es más rico y objetivo. Con las fotos con dron veo la ciudad desde un punto que jamás podría verla, ni siquiera con avión porque los aviones viajan mucho más alto y tampoco con helicóptero porque la cámara del dron puede hacer unos giros difíciles que el helicóptero no puede. Además la distancia del vuelo del dron va hasta los 500 metros sobre la distancia del suelo.

¿Cuál es la mejor vista que tiene Bogotá desde el aire?

A mí me encanta fotografiar donde hay intersecciones de vehículo, donde hay rotondas, donde hay orejas en los puentes, me encanta como se ve. Otro lugar que me encanta es el centro internacional, se ve espectacular.

La planeación urbana es muy clara en algunos lugares y en otros es obvia la falta de planeación, ¿cómo se traduce eso en una foto?

Para nadie es un secreto que en Bogotá hay muchos sectores donde no hay planeación urbana, esto se nota en una foto: las vías se vuelven irregulares, una avenida grande pasa a ser una vía pequeña o no existe, hay cruces que no dan a ningún lado, esto se vuelve muy obvio en una foto, y se nota más en las fotos que son cenitales (cuando la cámara está perpendicular al objeto) desde muy arriba. Así como la simetría es atractiva, estos pequeños detalles la rompen y hacen una mejor foto.

¿Desde dónde toma las fotos? ¿A qué hora? ¿Va solo o tiene ayuda?

El proceso de toma de fotos es largo. Antes hago un esquema de a dónde quiero ir, desde dónde quiero despegar, dónde me paro, a veces intento ir con alguien que me ayude pero depende del lugar. La seguridad es muy importante, que sea una zona segura para volar respetando la reglamentación de volar hasta los 120 metros y que siempre pueda tener el dron a la vista. Me gusta tomar fotos al amanecer y atardecer, la luz es buena.

Cuando se acabe la cuarentena, ¿a dónde va a ir a tomar sus siguientes fotos?

Tengo que terminar muchas partes de Bogotá, este proyecto no tiene fin. Quiero llevar el registro de la evolución arquitectónica, nuevas obras, lo que hagan y lo que quiten. Quiero ir por todo Colombia, ciudades y pueblos.

Por María Rodríguez

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