La fotógrafa colombiana hace un ejercicio consciente de escuchar la historia para luego fotografiar a las personas. Se niega a fotografiar sin contexto, sin palabras, sin darle valor al camino de ese alguien detrás del lente.
Por: Pablo Jaramillo J.
Han pasado 10 años desde que Victoria subió su primera foto a Instagram: Un gato enrollado y alrededor unos plátanos. Desde ese día, más de 600 fotos han sido subidas en ese espacio virtual que se ha convertido también en uno tremendamente personal. La intimidad que va impregnada en las fotos mientras más nos acercamos al presente, nos muestra mucho de cómo ha sido su camino en esta labor.
La fotografía de Victoria es una suerte de estirpe de un camino nutrido de feminismo, representatividad y contemporaneidad. Por el camino empezó a construir otros proyectos que nutrían su visión como fotógrafa, como lo es Foto Meraki, que nació en 2013 porque quería hacer una serie de mujeres fotógrafas colombianas, pues aunque sabía que existían no tenía acceso a ellas, cuenta que con el proyecto pude hacer exposiciones y fotolibros con los que creamos un espacio expositivo en la casa de las personas.
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Y esta no es la única vez que Victoria ha buscado apoyar a otras mujeres desde su labor. Constantemente está mostrando herramientas a otras que deciden cubrir, por ejemplo, marchas feministas. Es su apuesta por ver el gremio crecer, pues aunque los espacios femeninos han crecido en medios y agencias de prensa, aún sigue siendo muy baja la proporción si se tiene en cuenta que casi la mitad de las personas que se gradúan de diversos programas asociados a la fotografía son mujeres. En esta infografía del año 2020 (El Espectador) se muestra cuántas mujeres hacían parte del equipo de algunos de los espacios de comunicaciones más importantes de Colombia.
El apoyar a otras mujeres en su camino como fotógrafas nació del saber que hacer resistencia detrás del lente no es fácil, que tener peso desde la voz toma tiempo e implica ganarse espacios.
Para Victoria Instagram ha sido una herramienta que le permitió construir y consolidar su voz, lo cual ha sido reconocido por distintos proyectos, empresas o marcas que han visto en su narrativa visual, un puente para comunicar una forma de ver el mundo.
Una de esas marcas que ha creído en su trabajo es Fujifilm, la cual ha respaldado su obra desde hace algunos años incluyéndola en su programa de embajadores ‘X-Photographers’.
Fuji entró a apoyarme, respaldó mi trabajo, lo que me me permitió hacer proyectos más personales y más libres.
De hecho, enfocar su trabajo lo más personal posible, ha hecho que pueda para darle su propio lenguaje a las fotografías que le encomiendan.
Aprendí a llevar el tema personal a lo profesional y esto me ha permitido darle más valor a las historias porque yo le doy valor a las mías y quiero escuchar las de las demás, cuenta Victoria.
En esa búsqueda por contar historias, encontró que era necesario abrir su lente a personas de las que nunca había estado rodeada, para tener representatividad en lo que mostraba. La diversidad, entonces, se ha vuelto una necesidad en sus fotografías: Afro, disidencias sexuales, mujeres trans. Esta es una apuesta para aquellos que recien conocen su carera, sepan que en el mundo caben todas las personas y que es importante hablar de las que están menos visibilizadas.
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Es por esto que la fotógrafa tiene claro que para hacer realidad esa representatividad, se necesita de un grupo de personas que estén dispuestos a hablar de los tabúes, de darle transversalidad a la conversación. Un ejemplo de ello son las mujeres que buscaron y lideraron la despenalización del aborto hasta la semana 24 en Colombia, quienes según Victoria son una muestra de cómo pasar de la reunión a la juntanza, como las habilidades de un grupo de mujeres lograron una realidad histórica para el país.
Entre todas podemos hacer algo, pero debemos empezar por hablar de los temas más claramente y tranquilamente, siempre preguntarnos de qué manera podemos hacer un cambio.
Y en ese mismo ejercicio de aplaudir a otras mujeres, uno que a la fotógrafa se le viene natural por ese mismo sentimiento de juntanza, explica que aunque en el campo de la fotografía hay espacio para todos y todas, recomienda seguir a fotógrafas como Natalia GW por su apuesta por la moda y el retrato, a Alexa Rochi por estar en todas partes, a Paula Thomas por su estilo particular y a Ana María Fandiño por apostarle a otro tipo de fotografía.
Lo más importante y la razón por la que aplaude a estas mujeres es porque se piensan la fotografía como quieren y como les gusta. No se rigen por las reglas impuestas por el mundo de los medios. De hecho, al decirlo también se está describiendo a ella y a su trabajo en cierta medida.
Un camino de más de 10 años en la fotografía, exhibiciones en Bogotá, Braga, Los Ángeles, después de lograr unir los proyectos comerciales y los proyectos personales, después de ponerle el ojo a cientos de fotógrafas detrás del lente, Victoria Holguín encontró esa receta perfecta que la hace hoy una de las fotógrafas colombianas que más atención le está poniendo a la diversidad, el género y los feminismos.
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