Mar / 18 / 19

FOTOGRAFÍA

Caminarte, Lisboa

Por María Paula Fuquen

Las ciudades que se recorren por primera vez suelen tener una magia incomparable, ya que sorprenden desde lo más pequeño hasta lo más grande, quizá cuando vives en un lugar, la costumbre  de  «habitar» hace imperceptible la magia que este puede llegar a dar.

Así fue cuando llegué a Lisboa, asombrada de absolutamente todo, fijándome en cada centímetro de la ciudad  y con la fortuna de no tener datos en mi celular para evitar cualquier tipo de distracción.

Este lugar es sin duda una mezcla temporal maravillosa que hace que cada una de sus calles sea mágica  llenas de pasado, presente y futuro».

Basta con mirar a los lados para ver su increíble gama cromática que llena cada una de las fachadas y que a su vez combina a la perfección con la diversidad de azulejos en cerámica, que forman mosaicos interminables y particulares.

Caminar por las calles, callejones y un mar de escalones hacen de la capital de Portugal una de las ciudades más bellas para andar.

Entre subidas y bajadas me encontraba rodeada de patrones y colores que a mi como caminante me llenaba paso a paso de experiencias alucinantes, definitivamente es casi imposible no levantar la mirada para dejarse contagiar de toda la energía que emana este lugar. 

Como viajera me dejo sorprender y a su vez capturo esos pequeños detalles que personalmente hicieron de esta aventura algo memorable, llevo conmigo estas coloridas postales de lo que fue mi paso por Lisboa.

Por María Paula Fuquen 

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